La meta, el resultado, es el fin por el que se llevan a cabo las cosas, por el que se le pone la conciencia, y en definitiva la entrega. Pero es en el proceso donde ocurre realmente lo mágico, donde se aportan en pequeñas pinceladas la esencia del "elaborador"
Cuántas cosas se plantean en ese durante.
Cuántas posibles variantes se van sucediendo en esa elaboración.
Cuántos temas se es capaz de recrear, tan divergentes, tan heterogeneos, tan sin saber porqué.
Cuántas interrupciones.
Cuántos quebraderos de cabeza.
Cuántas soluciones.
Cuánto corazón se pone en el empeño.
Cuántas personas aparecen, desaparecen o perpetúan una dedicación.
Cuántos cómos, dóndes y porqués.
¡¡Cuántas cosas imprescindibles en la vida!!
Y cuan gratificante, por todo ello, es compartir un resultado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario